miércoles, agosto 16, 2006

Setiembre es un buen mes para volver

Gavanido necesita un catéter nuevo y está todo cerrado. Gavanido sale a por caldofrán, y esta semana no abren. Gavanido sale a comprar su ácido lisérgico favorito, y no hay nadie. Gavanido consulta su almanaque, y comprueba que es agosto.
Gavanido anuncia a Bombo -y a Platillo también-, que se marcha a realizar un viaje de exploración, para conocer nuevas historias de personajes con pintorescos nombres a quienes les suceden aventuras que desafían las leyes de la física, de la lógica y de la cuántica, y acaban fenecidos. Esperando disfruten su estío con moderación, sin más se despide:
Gavanido.

¡Ah! ¿Que tambien quieres oirlo? Audio

sábado, agosto 12, 2006

Drosofila y el mundo

Los anuncios de la revista del corazón eran más que claros: "¡Pierda hasta cuarenta kilos en un año con nuestra Tenia!". Pasado ese año, y tras comprobar que la Tenia tenía su efecto, Drosofila decidió usarla una vez más, y perder así otros cuarenta kilos.
Para el mes de abril, Drosofila pesaba exactamente menos veinticuatro con treinta y siete kilos. Al ser su peso negativo, comenzó a elevarse cual mono de Gavanido, y hubo de ser sujeta al mundo con unos rasposos hilos.
Drosofila encontró un filón en alquilarse para salir en cabalgatas, con sus amigos los personajes hinchables. No era la pasarela, pero ella se sentía una diva igualmente. Un día, el señor que la llevaba del cordelito en la cabalgata de la procesión de San Edelmiro, harto de tanta injusticia alimenticia, decidió provocar una tragedia y poner a la humanidad a meditar. Así, en un gesto casi displicente, Don Raimundo de Peñafort soltó a Drosofila. Toda la multitud la vió perderse en la ionosfera con un regusto de sentimiento romántico, pero lo cierto es que ahí se quedó Drosofila. Y así fue.
Los terrícolas, queriendo remediar el desaguisado, le tiraban miguitas de pan con tirachinas y, una vez al mes, le daban natillas con catapulta. Drosofila, entonces, engordó. Y engordó tanto que acabó ejerciendo atracción sobre la Tierra. La Tierra, enamorada, se declaró a Drosofila, y esta aceptó.
Actualmente son muy felices, y tienen dos satélites anoréxicos y un cometa obeso. Esta noche ceno natillas con ellos, les daré recuerdos.

Pulsa aqui, y dejarás de pulsar cuando te lo pidan  Audio

miércoles, agosto 09, 2006

Sangría bisiesta (¡Ahora, con abejas!)

Errata Ramírez Porcuna vino al mundo por error, un 29 de febrero de 1973, en la pedanía de Guardarán, estado de Vitrina. Errata era aconfesional(*), pero a la tierna edad de un año le fue diagnosticada una hemofilia galopante que, rauda y veloz, derivó en los estigmas sangrantes de San Podofredo.
A los quince años, Errata Ramírez sangraba como una auténtica gorrina en matanza, poniéndolo todo perdido y ahuyentando a pretendientes, quienes no acababan de verlo tan divertido como ella, que preparaba "divertidos juegos con sangre" para quitar hierro y leucocitos al asunto.
Su pequeño problema sin importancia la llevó a asistir con fruición a las reuniones de Estigmatizados Anónimos que se celebraban en la planta embotelladora de su pueblo. Allí conoció a Don Zacarías de Esparto, un señor dispersado en pedacitos, al estilo de San Maurino Rufino. Se hicieron íntimos, pero su relación no llegó hasta el final, pues a Don Zacarías de Esparto siempre le faltaba alguna parte importante.
Pero una noche Errata dejó de sangrar. Preocupada, fue al médico y le comentó lo ocurrido durante sus trece años bisiestos de vida. El médico se declaró estupefacto, y dijo que eran ya muchos años. Evidentemente, Errata se había vaciado del todo, y no le quedaba ni gota. Esto le supuso un gran trauma, pues esa semana pensaba donar sangre por primera vez en su bisiesta vida .
Por delante de ella pasaron dos abejas, y fue en ese momento cuando se decidió a preguntar:
-Pero, entonces... ¿Cómo me mantengo viva, doctor?
-Señorita Errata, siento comunicarle que, por error, usted murió, aproximadamente, hace tres semanas.
Errata se marchó a casa, y se hizo unos huevos con tomate. Infeliz, triste y muerta.

(*)Fe de Errata: Errata era agnóstica, no aconfesional.

Hoy narrado por entes sin lengua ni sentimientos Audio

domingo, agosto 06, 2006

Hazme un hueco

A Mauricio no le gustaba la gente hueca. Él, que siempre prefirió a las personas llenas de higadillos, huesos, intestinos y todas esas cosas, gustaba de decir que le atraían las chicas rellenitas. Hasta que en cierta ocasión, su novia, Macarena, le confesó estar totalmente vacía por dentro. Llena de aire. Rebosante de nada. Mauricio no dejó de quererla por esto. Se acostumbró a vaciarla cada vez que se llenaba un poquito, y fueron muy felices juntos.
Un día, la semilla de Mauricio fecundó el vacío de Macarena, y tuvieron 3 preciosos hijos de nada. "Gracias", dijo Mauricio, pues salieron limpitos, altos y transparentes. Mas eran muy revoltosos, y tenían la habilidad de perderse con facilidad entre el populacho.
Mauricio y Macarena trajeron al mundo muchos más retoños vacíos, y empezaron a tener problemas de espacio en la casa, con lo que decidieron guardar ciertos objetos dentro de sí mismos. Así pues, Macarena guardaba en su interior las 7 camas de sus 7 hijos, y estos guardaban en su interior el frigorífico y la despensa de la cocina. Esto era un problema ya que, para desayunar, tenían que esperar a que se despertase el hijo de las galletas, y el de la leche. En cambio, para viajar todo eran ventajas, pues Marcelino -el mayor- se los comía a todos y pagaban un solo pasaje.
Cierto día que iban de viaje a Alcorcón, todos dentro de Marcelino, tuvieron un pequeño accidente de tráfico sin importancia en el que Marcelino perdió la vida.

En aquel mismo instante, en Kunzâwbe, un señor con bigote compraba ajos. ¿Casualidad?

¿Dolor de ojos? experimenta el de oidos Audio

jueves, agosto 03, 2006

Babuinos (Cuento pornográfico)

Aquella tarde, Gerardino sorprendió a su cuñado masturbándose como un babuino. Le pareció un acto deleznable, sucio y miserable. Pero algo no le cuadraba porque, cuando lo hacía él... ¡era algo sublime!
Gerardino, en sus ratos libres, gustaba de imaginar a los miembros de su familia como rarezas naturales, sin genitales de ninguna clase. Su madre, hermana, tía, prima... tenían todas una plaquita de plástico cual muñeca de Famosa. Con esta técnica, madurada a lo largo de los años, conseguía evitar pensar en situaciones más violentas de la cuenta como, por ejemplo, su varonil y rudo hijastro Ana, fregando platos a lomos de su prima -la delicada y fina Paco-.

Ahora otra vez, pero sin el terrible esfuerzo de leer durante veintiocho segundos Audio

martes, agosto 01, 2006

Papagayo de muestra

Margareto quería que ese cuadro permaneciese allí siempre, por eso le exigió al ferretero real la mejor de sus alcayatas.
-El cuadro no se caerá nunca de donde lo cuelgue- le dijo el dependiente. -Es la mejor alcayata del mundo.
Y así fue: una noche de ventosidades, un golpe de viento vandálico arrancó de su sitio a cuadro y alcayata. Pero, con respecto a ésta, el cuadro ni se movió, pues fue el mundo el que empezó a caer rodando hacia un abismo finito. Margareto, asustado, contemplaba cómo el cuadro se alejaba en el cielo, sin moverse de su sitio, mientras toda su casa daba tumbos a velocidades de vértigo. Tambaleándose por la escalera, bajó como pudo a la ferretería, buscando un sujeta mundos o algún producto similar.
El ferretero -gran charlatán-, agarrado al mostrador, consiguió venderle un papagayo de muestra y un tubo de dentífrico para la tos, pero el mundo siguió cayendo escaleras abajo, hasta que se estrelló contra el suelo y todos murieron.

Si te da pereza leer, háztelo mirar Audio