El fatídico día del picor de ojo
Esta es la historia de Vladimiro Kosadevick, un joven de Alcorcón que, por una apuesta de "a ver quién la tiene más larga", se dejó crecer la uña del dedo gordo un poquito más de la cuenta. Cuando su uña llegó a Slovov -un pintoresco pueblo del Norte de Moscú-, recibió el bautismo ortodoxo. A decir verdad, bautizaron a su uña, a él le llegó de rebote. Vladimiro Kosadevick se enteró del bautismo por las fotos que le llegaron a la semana siguiente, y se alegró mucho de poder lucir un nombre ruso.
Vladimiro Kosadevick estaba pluriempleado; mientras en Alcorcón trabajaba en el cajero del Opencor, en Slovov su uña era un reputado leñador. Allí, los amables ciudadanos cuidaban con mucho mimo a la uña de Vladimiro Kosadevick, pero un día que andaban despistados hablando en ruso, se les astilló. Vladimiro Kosadevick no lo podía soportar. Por las noches en la cama, la uña se le enganchaba con los Cárpatos, y no podía pegar ojo. Vladimiro Kosadevick aprendió a vivir con estos pequeños problemas, asumiendo que eran lógicos en una persona con esta peculiaridad.
La uña de Vladimiro Kosadevick crecía imparable, (más para ser la uña de una mano) y en Siberia algunos esquimales ya tenían preparado un gran recibimiento con carteles escritos en perfecto siberiano que rezaban: "Bienvenida, uña".
El día en que cumplió 53 años, Vladimiro Kosadevick notó una presencia por la espalda. Su uña había dado una vuelta completa al planeta. Así la vieron, desde el espacio, unos extraterrestres que se aproximaban para invadir la Tierra. Al ver a este bello planeta con un anillo de bodas de uña, símbolo de su compromiso con otro planeta, dieron media vuelta.
Vladimiro Kosadevick se convirtió así en el salvador del planeta Tierra.
Pero llegó el fatídico día del picor de ojo. Todo fue muy repentino. Vladimiro Kosadevick murió casi sin darse cuenta. Hoy, se puede visitar su tumba en Alcorcón, mientras que en Slovov aún no saben de su muerte y cuidan, pulen, y abrillantan a la uña con ilusión y abrillantador de uñas.
1 Comments:
Acabo de enterarme de la noticia, en Solovov estamos muy tristes.
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