¡¡Taxi!!
-Por favor, ¿Me lleva a Reyes Católicos, nº 17?
-Allá vamos.
-Gracias. ¿Podría subirme al 2º Izquierda?
-¿Hablamos de un portal ancho, o estrecho?
-Tranquilo; el coche entra sin problemas.
-De acuerdo.
-Muy amable. Pero, ya que estamos aquí, ¿Podría dejarme en la cocina?
-Desde luego.
-¿Y hacerme un poco de café?
-¿Solo o con leche?
-Con leche. Además, después... ¿Podría arroparme en la cama, y esperar hasta mañana a las 8?
-Supongo que querrá que le acerque al trabajo...
-Exacto. Y, después, me espera y me trae a casa. Pero, por favor, no baje la bandera aun...
-Entendido. A las 8 al trabajo, y de vuelta a casa a prepararle la comida.
-Eso es. Si quiere, no hace falta que friegue, lo puede hacer por la noche. Además, esta tarde tenemos que salir pronto a mi cita con el dentista, y después llegar puntuales al cumpleaños de Rosa.
-No se preocupe, allí estará.
-¿Le he hablado ya de mi viaje a Munich?...
Han pasado ya 17 años, y Federico aún no ha bajado la bandera. Por lo que podemos concluir que Agustín es un individuo espabilado, y Federico no.
7 Comments:
Sin duda, el que diseñó ese Elvis-Neng del parabrisas, hace 17 años, era todo un visionario.
Lo malo de todo esto es que si subió al taxi hace 17 años le dará los cambios en pesetas y es una lata tener que ir al banco de España a cambiarlas por euros.
Gracias por tu visita.
Jamas le dará un solo cambio, ambos moriran dentro del taxi. La duda es quién lo hará primero.
Me gusta cómo nos descubres estas cosas que pasan.
Me he enamorado de tu blog...
¿Dónde lo habías escondido?
Saludos Cecilia... y bienvenida seas a la casa de Gavanido.
Me temo que yo soy ese taxista...
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