El asesinato del asesino de Catalino Meneses
"...illetes, pofvó..."
"...illetes, pofvó..."
-Caballero, necesito su billete, pofvó.
-¡Oh! ¡Discúlpeme, estaba traspuesto! Pero siento decirle que no tengo billete.
-¡Malditos sean usted y todas sus amígdalas! ¡Cataplasma! No puede continuar el trayecto sin un billete, así que ha de saltar del tren ya mismo.
-Perdone. Es que, como le digo, me he quedado en coma un ratito, y creo que ya hemos pasado mi estación.
-¡Me da igual lo que me cuente! ¡Ahora mismo le tiro del tren de un puntapié!
-¡No! ¡No lo haga, se lo suplico! ¡Tengo que visitar a mi tía, que está en Ferma!
-No le servirán las excusas ¡Y ahora, salte!
-¡Espere un segundo! ¡Su voz me suena! ¿No se llamará usted Catalino Meneses?
-Pues sí, ese es mi nombre de pila bautismal.
-¿El famoso asesino?
-Sí. El mismo. Pero, por favor, no lo diga en voz alta. Aquí tan solo soy el revisor, y me da apuro...
-Esa voz... Sin duda, esa voz suya es la voz de usted. Jamás me pierdo uno de sus asesinatos. ¡A sus pies, don Catalino! ¡Le admiro!
-¡Venga! ¡Levante, levante! Sea discreto, buen hombre. Se lo agradezco. Para mí, es un halago su gesto.
-Y para mí es un honor estar arrodillado ante usted, Don Catalino, untándole sus zapatos de asesino con lágrimas de admiración. ¡Gracias por amenazarme!
-Bueno, hombre, no es para tanto. ¿Puedo hacer algo que le agrade?
-No.
-Bien, pues tome puntapié.
-¡Sí! ¡Mire, Mire! ¡Mire cómo ruedo pendiente abajo por usted! Mire, Don Catalino, cómo propulso mi cabeza e incrusto con ímpetu mi occipital contra el canto rodado común.
-Ya veo, ya...
-¡Mire, Don Catalino, cuán feliz soy! ¡Adiós, Don Catalino! ¡Adiós!
-Adiós, buen hombre.
"...illetes, pofvó..."
"...illetes, pofvó..."
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"...illetes, pofvó..."
-Caballero, necesito su billete, pofvó.
-¡Oh! ¡Discúlpeme, estaba traspuesto! Pero siento decirle que no tengo billete.
-¡Malditos sean usted y todas sus amígdalas! ¡Cataplasma! No puede continuar el trayecto sin un billete, así que ha de saltar del tren ya mismo.
-Perdone. Es que, como le digo, me he quedado en coma un ratito, y creo que ya hemos pasado mi estación.
-¡Me da igual lo que me cuente! ¡Ahora mismo le tiro del tren de un puntapié!
-¡No! ¡No lo haga, se lo suplico! ¡Tengo que visitar a mi tía, que está en Ferma!
-No le servirán las excusas ¡Y ahora, salte!
-¡Espere un segundo! ¡Su voz me suena! ¿No se llamará usted Catalino Meneses?
-Pues sí, ese es mi nombre de pila bautismal.
-¿El famoso asesino?
-Sí. El mismo. Pero, por favor, no lo diga en voz alta. Aquí tan solo soy el revisor, y me da apuro...
-Esa voz... Sin duda, esa voz suya es la voz de usted. Jamás me pierdo uno de sus asesinatos. ¡A sus pies, don Catalino! ¡Le admiro!
-¡Venga! ¡Levante, levante! Sea discreto, buen hombre. Se lo agradezco. Para mí, es un halago su gesto.
-Y para mí es un honor estar arrodillado ante usted, Don Catalino, untándole sus zapatos de asesino con lágrimas de admiración. ¡Gracias por amenazarme!
-Bueno, hombre, no es para tanto. ¿Puedo hacer algo que le agrade?
-No.
-Bien, pues tome puntapié.
-¡Sí! ¡Mire, Mire! ¡Mire cómo ruedo pendiente abajo por usted! Mire, Don Catalino, cómo propulso mi cabeza e incrusto con ímpetu mi occipital contra el canto rodado común.
-Ya veo, ya...
-¡Mire, Don Catalino, cuán feliz soy! ¡Adiós, Don Catalino! ¡Adiós!
-Adiós, buen hombre.
"...illetes, pofvó..."
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9 Comments:
¡Qué bonito! No hay cosa más grande para un pusilánime que pasar a formar parte de la obra de su ídolo.
¡Pepinillos!
la verdad a mi me hubiese gustado mas que el asalto a la virtud de la doncella fuese en forma, con armas de alto calibre y Bruce Willis gritando, "yipicayeiiiii, mother foker!" para que el efecto fuese mas teatral, asi queda mas realista cierto pero nos deja deseando mas accion y menos seso, digo menos sexo. . .
ahora me doy cuenta con horror que he comentado al relato equivocado,por error, da lo mismo le agrega un toque de surrealismo surreal su real majestad me perdone
del asesinato lo unico que puedo decir es que se lo merecian, ambos dos, si y lo volveria hacer si tomase otror tren!, faltaba mas!
Ni más ni menos que un Angulation nos topamos por aquí. ¡Ravo, viva y hurra! Desde la misma oscura y minoritaria Sala de la Media Neurona Atrofiada donde el mismo Gavanido dio sus primeros pasos y perdió la sandalia. Para no perder las costumbres te pregunto qué hora tienes. Un atraco.
Yo también he reconocido la voz, ha sido aterrador, pero, ojalá pudiese haber sido yo el que rodase ladera abajo. También admiro a Catalino.
Revisores de tren, vendedores de enciclopedias, comerciales de seguros...
Esa pinta inocentemente gris suele ser el disfraz perfecto de una mente perturbada.
No hay que fiarse amigos, no hay que fiarse...
la hora? es hora de ver como hacemos para que la hora sea universal, aqui en America alguien me ha dicho vivimos en el siglo XVIII, el XVIV, EL XX y sobretodo el XXX, con tanto porno, en fin, es hora de dormir, y por lo pronto
y de Ganesh no me acuerdo, pero de Ganesho y de Gansho, mucho....plaaaatooooooooooo!
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