¡Ven aquí, maldito siete!
Catarso se encontraba de vacaciones en Taipei, cuando decidió llamar a su hermano, Colapso, para contarle cuán bien se lo estaba pasando. Se acercó a una cabina telefónica, introdujo unas monedas, y se dispuso a marcar. Hubo unos segundos de espera y, finalmente, nada pasó, pues Catarso no lograba acordarse del número de teléfono de su casa. Era como si éste se le hubiera ido de la cabeza. Esperó unos segundos más, por si estos números regresaban, pero no hubo manera. No había duda: ya no estaban allí. Mientras se disponía a colgar el auricular, desesperado e impotente, observó cómo un siete giraba velozmente la esquina, pegado a un tres. Catarso no lo dudó; eran sus números, que huían de él. Echó a correr detrás de ellos, sin recoger el cambio de la cabina. Al precipitarse de semejante manera, Catarso perdió su nombre y todo su abecedario pero, afortunadamente, logró visualizar el número completo, que finalmente se tiró al río y murió. Al pobre Catarso no le sirvió de mucho, pues unos policías que presenciaron la escena acusaron a 'Wu min shi' -"Sin nombre", en chino mandarín- de homicidio en primer grado, y lo metieron en prisión por no encontrar ninguna respuesta en él. Allí sigue Wu, agitándose como un locuelo por la celda, tratando de explicar su injusta y penosa situación. Este jueves lo ejecutan.
8 Comments:
No nos damos cuenta de que tanto letras como números necesitan vacaciones de vez en cuando.
¿Murieron realmente número y abecedario, o lo fingieron para liberarse por una temporada?
Un beso.
pobre catarso, le comprendo, amenudo miles de cosas escapan de mi cabeza... menos mal que mi nombre es bien grande y no logra esconderse sino whu min shi seria mi tocayo, eso si, solo asta el jueves.
iva a poner algo pero se me ha olvidao...
Me encanta el dibujo. El texto, tan estrafalario e hilarante como de costumbre.
Ups, el siete lo había cogido yo para utilizarlo de martillo y como soy muy despistado lo olvidé después en la caja de herramientas y no se lo he devuelto a Catarso. A ver si me da tiempo antes de que lo ejecuten y se lo envío por correo. Ahora su vida depende de Correos. Bien pensado, puede darse por muerto :)
A lo mejor lo que no quería era volver
Y si era Salif Keita. Un día me dirá usted como lo descubrió y ese día yo me rendiré aún más a sus pies. Gran músico por cierto.
Se feliz
Quizá se sorprenda migo amago zifnab, pero yo una vez también nací en Djoliba, Mali. Y como Salif y las lentejas, también soy albino, pero al ser muy tímido, me salen los colores con facilidad y no se me nota. Es por esto que no me costó reconocer su voz. Eso y un nieto listo, oiga, para qué quitarle mérito.
Que historía más desesperante, me recuerda a mis pesadillas. Son de ese estilo. Que angustia.
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