martes, mayo 29, 2007

Flácido bombón

Don Flácido Bombón, caballero de pro con dos orejas, con bata y corbata, vivía a treinta centímetros del suelo. Además de vivir, Don Flácido Bombón tenía un problema de gravedad, y era que cuando le apetecía algo, le apetecía todo a la vez -entiéndase por "todo", todo absolutamente-.
Cuando se encontraba por la calle, y por ejemplo, veía una mujer hermosa, de repente le apetecía un chicle de fresa ácida, dar un puntapié al jefe, cagar, una peineta fucsia y el resto de cosas del planeta. Y es que Don Flácido era todo un antojica. Evidentemente, no le cabían todos esos antojos, así que cuando le apetecía -por ejemplo- rascarse una oreja, se metía en una cámara de presión para soportar todos los bares -que también le apetecían- y no explosionar. Don Flácido intentaba mantener su mente alejada de cualquier tipo de obsesión, pues no conseguía saciarse con nada de todo.
Una tarde en la que Don Flácido andaba pensando en bodrios de películas y libros aburridos, tropezó con un adoquín mal posicionado y, abalanzándose contra un señor dijo en voz alta: ¡Susmuertos! ¡¿Qué tal?!

11 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Menudo problema el de este pobre hombre... espero que no se quede embarazado, pues el niño saldra totalmente desfigurado de tantos antojos. Tendria, por ejemplo, un portaaviones en la oreja, un viaje de fin de curso en la pantorrilla, o, incluso, una tortuga marina en la nalga izquierda.
Aun asi, lo que mas me ha sorprendido de esta historia, es que viviera 30 centimetros por encima de los demas ¡pero que descaro!

5/29/2007 4:24 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Don Flácido entró un dia en una tienda a comprarse media docenas de bombines que se le habian antojado, junto a todo lo demás, claro, y al mirarse al espejo, comprendió, apenado y con altas dosis de compunción, se dio cuenta de que en realidad querer, querer, lo que se dice querer, de la segunda conjugación, no queria nada, ante lo cual, fue engullido por el espejo el cual, en un acto que le honra, escupió el bombín y un par de huesos que le resultaron arduos de tragar. Susmuertos, caballero como siempre ha sido, hizose cargo de los seis bombines y dio santa sepultura a los huesos.

5/29/2007 8:25 p. m.  
Blogger vaderetrocordero dijo...

Si ya lo dice el refràn: "culo veo, culo, casa, coche, gallina, lapicero, universo, concepto moral, dividendo, solsticio quiero"

5/30/2007 1:58 p. m.  
Blogger coco dijo...

Sin duda, Don Flácido Bombón, era un tipo de interés hipotecado en su insaciable apetencia hacia todo lo que poseía el prójimo. Vamos, como mi banco.

5/30/2007 5:50 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Pero se había confundido de señor.

5/30/2007 7:56 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo creo que Bombón sufria de ansiedad. (A mi me pasa con el chocolate). En cuanto al texto me suena, no se si porque lo he leido antes de leerlo, o le conozco.

Salud.

5/30/2007 11:13 p. m.  
Blogger Camilo de Ory dijo...

Yo me voy de marcha a la cámara de presión.

Hay mogollón de bares.

6/01/2007 9:16 p. m.  
Blogger Macacolandia dijo...

Que historia más apetecible...

6/01/2007 9:35 p. m.  
Blogger Folks dijo...

ágape

6/02/2007 11:37 a. m.  
Blogger Toy folloso dijo...

Y el adoquín mal calzado pensaría del reconocido pié torpón, ¡tusvivos!. Por aquí, ya ves.

6/04/2007 2:59 a. m.  
Blogger nasty dijo...

Algo me intriga......¿Que hacia cuando el antojo se encontraba en las alturas?

6/05/2007 6:52 p. m.  

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