sábado, marzo 03, 2007

Entre a vivir en la larga cola de Amaranto y pague ahora en cómodos plazos.

Amaranto era un ser mezquino y adicto a las filas, aunque a decir verdad, nunca desdeñó una buena cola.
Una madrugada, Amaranto caminaba pensativo por la Ví a Lacteana cuando de repente vio un grupo de personas garrulas y sin principios peleando por colocarse -en principio- en el final de una larga cola sin fin ni principio.
Amaranto decidió entrar a vivir en ella, y se colocó detrás de la señorita Rúcula y delante del señor Espeso, no sin haber escuchado antes las protestas de ambos.
Espeso resultó ser aparejador, así que tras tres trienios de cola, no dudó en aparejar a Rúcula con Amaranto. Pasó el tiempo, y esta desafortunada pareja tuvo Ruculitos y Amarantitos, con el lógico desagrado de Rúcula, que jamás sintió nada por Amaranto excepto una ligera comezón en la oreja derecha.
Rúcula era boniata de día, y por las noches institutriz. Así que, aprovechándose de esto y en un acto vengativo, una tarde institrujo a Espeso el aparejador por sorpresa, y éste quedó institruido de por vida para deshonra de su familia.
Una mañana, Rúcula se fue a hacer la cena y, cuando regresó a la cola donde vivía, vio que su marido se había movido cinco puestos hacia atrás y le montó un pollo. La cena estaba insalubre, y la escena era humillante: Amaranto avanzaba en la fila con su pollo en su espalda mientras éste graznaba "¡Arre!", a una velocidad de tres puestos por día.

12 Comments:

Blogger vaderetrocordero dijo...

Buenas tardes:
¿Se acuerda usted, Don Gavanido, que me pregunaba el porqué de mi aversión al mundo de la farándula rural? Acabo de colgar la respuesta.
Reciba un caluroso café con leche

3/03/2007 5:06 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Esque esto de los matrimonios sin amor... ya se sabe, cualquier día te monta un pollo y tienes ke salir corriendo con el a la espalda, espero que al menos Amaranto y el pollo pudiesen rehacer su vida y sean felices y tengan muchos pollos y pollas.

Tengan unos buenos huevos fritos.

3/04/2007 11:50 a. m.  
Blogger Eulalia dijo...

¿Sabe qué?
Sus historias tienen muchísimo más sentido que los cuentos que nos cuenta el triunvirato Rajoy-Zaplana-Acebes.
Y, además, nos hacen sonreír, ¿por qué no se presenta a las elecciones, Don Gava?
Un beso

3/04/2007 8:38 p. m.  
Blogger Zifnab dijo...

Si es que casarse con personas q se llaman rúculas

Hacen que pasen estas cosas

Se feliz

3/05/2007 9:14 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Paseando por la vía crucis nunca encontré una cola en la que encolarme. Me daré una vuelta por la lacteana a ver si hay alguna que merezca la pena o mejor, que merezca la alegría.

3/05/2007 10:52 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Su frecuencia es menor, pero de mayor calidad, se agradece. Yo aún ando buscando mi cola!

3/05/2007 4:45 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Sigue siendo un misterio para mí el gusto de la gente por las colas...

3/05/2007 9:38 p. m.  
Blogger coco dijo...

Estoy con Eulalia. Yo le voto. Incluso a brios.
Pan de molde sin corteza y dos rodajas de mortadela. Suyo afectadísimo. Coco.

3/06/2007 1:37 a. m.  
Blogger La mirada del mono dorado dijo...

todos hemos estado en una cola, en la cual no se sabe si es para salir o entrar...

3/08/2007 1:37 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Comprendo al pobre señor Amaranto que tiene que soportar a tan insolente jinete.Yo tambien fui víctima de un desalmado,siendo aparejada en un descuido con un Rúculo.Como consecuencia,ahora estoy plantada y aguantando las micciones de un incansable perro salsicha,acuoso y alargado.

3/08/2007 5:22 p. m.  
Blogger Eulalia dijo...

Larga memoria a Coll, precisamente en esta página
Un beso.

3/09/2007 7:58 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Tengo la sensación de que esta historia traerá cola...
Un beso

3/09/2007 8:18 p. m.  

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