martes, agosto 01, 2006

Papagayo de muestra

Margareto quería que ese cuadro permaneciese allí siempre, por eso le exigió al ferretero real la mejor de sus alcayatas.
-El cuadro no se caerá nunca de donde lo cuelgue- le dijo el dependiente. -Es la mejor alcayata del mundo.
Y así fue: una noche de ventosidades, un golpe de viento vandálico arrancó de su sitio a cuadro y alcayata. Pero, con respecto a ésta, el cuadro ni se movió, pues fue el mundo el que empezó a caer rodando hacia un abismo finito. Margareto, asustado, contemplaba cómo el cuadro se alejaba en el cielo, sin moverse de su sitio, mientras toda su casa daba tumbos a velocidades de vértigo. Tambaleándose por la escalera, bajó como pudo a la ferretería, buscando un sujeta mundos o algún producto similar.
El ferretero -gran charlatán-, agarrado al mostrador, consiguió venderle un papagayo de muestra y un tubo de dentífrico para la tos, pero el mundo siguió cayendo escaleras abajo, hasta que se estrelló contra el suelo y todos murieron.

Si te da pereza leer, háztelo mirar Audio

2 Comments:

Blogger Eulalia dijo...

Si,hijo, sí: mientras tu mundo sale pitando, hay cosas que permanecen - inexplicable y dolorosamente - en su sitio, para tu asombro.
¿Habría que colgar el mundo entero del dichoso cuadro?

8/02/2006 10:15 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Espero que se no se trate de un hecho real. Porque hay veces que, como dice Eulalia, parece que el mundo salga pitando y le deje a uno aquí solo.
Te amo Gavanido.

8/02/2006 2:13 p. m.  

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