Aviso palo palo palo
¡Que nadie se alarme!
El Mono se Eleva está de mudanza. Yo mismo estoy trasladando la mecedora y la mesa camilla a pulso.
Dentro de poco tendremos más espacio, los demás blogs nos envidiarán y seremos más felices.
Para hacer boca y mano, les dejo un relato corto:
Geranio amaba la prensa. No solo la compraba y leía, sino que además vivía dentro de una. Por este motivo, Geranio, prensado, medía un metro diez, hasta que un día, harto de estrecheces y harto de vino, salió de la prensa en que vivía y se pegó el estirón. Se estiró con tanta fuerza que quedó partido en dos. Pero Geranio siempre fue un optimista y, lejos de desanimarse, se pluriempleó; hoy su mitad inferior se dedica a probar bicicletas estáticas, mientras que la mitad superior ha montado un restaurante que no disfruta de mucho éxito. Probablemente quebrará y morirá, así que yo de ustedes no compraría una bicicleta hasta asegurarme de que medio Geranio ha sido reemplazado.
Pronto tendrán más. Lo dice Gavanido.
15 Comments:
Gracias a Dios. Yo ya tenía mono de Mono.
¡Vaya! ahora que llego, resulta que se muda. Deje aviso del nuevo domicilio en éste. Para saber dónde hacerle llegar las cartas del banco, más que nada.
Atentamente, uno que pasaba por aquí.
Sólo una pregunta:
¿POR QUÉ?
¡Dejen de compadecerse de ustedes mismos!
¿Es que nadie va a compadecerse de Geranio?
Señor Fonta, como ya he explicado, y teniendo en cuenta el país en que vivo, la única finalidad con que hago todo esto es para dar envidia a mis amigos, vecinos, comentaristas, conblogueros y especialmente a un palomo que de vez en cuando viene a mi terraza a hurgar mis macetas y me mira con desprecio. Lo se. Lo veo en su mirada de palomo. ¡Pronto recibirá su merecido ese malnacido!
La Sra. SDUC claro que se alarma, ha he llegado incluso a saltar desde el mismísimo Tajo de Ronda al ver que pasaban los días y el Sr. Gavanido no volvía. En plena caída, y sin magnesia en los bolsillos, leyó ese esperanzador “y seremos más felices” y se agarró como pudo a él. Ahí la tiene, colgada como un jamón, oscilando con suavidad según corrientes, mientras repite como un mantra una y otra vez y sin descanso “la fuerza que actúa sobre un cuerpo es directamente proporcional al producto de su masa y su aceleración”.
Lo sentencia, sin pestañear, el secretario de la Sra. SDUC.
Un pegote de tippex sobre “he” –primera línea-.
... ha llegado incluso a saltar blablabla...
Los que llevamos años viviendo dentro de una lavadora comprendemos muy bien este texto. Y es muy seria la cosa, oiga.
Estoy deseando que Geranio conozca a Ortensia. En el sentido bíblico y tal. Me muero por ver la aversión del director de el gladiolo.
Un fuerte arpazo.
No fastidie, Don Gava.
Deje de hacerse el interesante y haga el favor de comerse la sopa.
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Don Gava,
Llevo tanto tiempo sin escribir en mi blog que se me ha olvidado la contraseña.
Cuando me dé el punto voy a abrir otro, y le avisaré para que asista a la fiesta de inauguración.
... Aunque, la verdad, ahora que tienen blog hasta los periodistas, no me hace mucha ilusión.
Besos
Marzo, abril, mayo... junio...
ya le vale.
¡Gavanido sigue en la cresta de la ola!
¡No hagan caso a la falta de actualizaciones!
Señora Humo, si vuelve a cambiar otra vez haga el favor de anunciarse o dejar una nota. La última vez me llevó un año y medio reconocerla y hasta ese momento la tuve a usted por una cualquiera, ¿Le parece a usted eso normal?
Larha: aún no me vale, necesito acumular más tiempo, y así tendré mucho. Si el tiempo es oro como dicen, en unos meses más seré rico ¿Me comprende ahora?
Oiga, Don Gava: lo de tomarme por una cualquiera, ¿lo dice usted en el mismo sentido que me lo llamaba mi madre cuando se enteró de que me magreaba con mi novio en el cine Narváez (de gloriosa memoria), o es un pronombre indefinido para expresar "persona de poco valor o importancia"?
Preferiría la primera acepción, si no le importa.
Señora Humo, por lo que leo a usted lo que le molesta es que dejara de tomarla por una cualquiera y pasara a considerarla humo.
No se preocupe, cambiaré mi parecer y cualquiera será usted de nuevo.
Si tanto le gusta su primera acepción de las dos que me plantea, le informo que algunas señoras (de respetable edad) me han pedido a modo de capricho ser consideradas como pelandruscas, pero la verdad me deja usted patidifuso con su estrambótica queja.
Se que usted me ha entendido.
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