miércoles, enero 23, 2008

José Bonaparte

Don Arrugo de su Estampa padecía síndrome de Diógenes desde que tenía uso de razón. Todo esto le permitió, a la edad de noventa y seis años, dar un giro radical a su vida y convertirse en anticuario. Arrugo vendía latas de atún del siglo diecinueve, y sellos de José Bonaparte. Buena parte de lo que ganaba lo reinvertía en cosas nuevas, esperando dentro de cien años revenderlas como antiguallas.
Pero el día de su noventa y ocho cumpleaños le regalaron una bonita A, y aunque ya tenía dos, decidió ponérsela en medio y ejercer por fin de antiacuario. Desde entonces, se dedicó a destruir a pedradas diversos parques acuáticos cada noche, cobrando un sueldo medio. Murió muy joven debido a su avanzada edad.

9 Comments:

Blogger irene dijo...

La esperanza de vida es cada vez mayor.
Mientras hay vida... se pueden seguir escribiendo "despropósitos" o lo que a uno le venga en gana.
Yo pienso vivir muchos, muchos, muchos años; hasta que me muera.
Saludos.

1/23/2008 2:42 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

hola

1/23/2008 5:41 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias por ilustrarnos D. Gavanido.
Es una bonita y estupenda estampa la de dón Arrugo el anticuario estampando pedradas en los acuarios.
Yo espero morir viejo debido a mi retrasada edad.
Viva BONAPARTE.
Que usted lo reinvierta bien!!!

1/23/2008 5:48 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

Y dice vd. que cobraba un sueldo medio por romper parques acuaticos a pedradas? pues en esa empresa le meteria su cuñado que tiene mucha mano (desde la muñeca a las uñas), por que ya me dira que eficacia se consigue si tiras piedras contra cualquier parque acuatico? ninguna, y encima le pagaban... si utilizara una retroexcavadora (excavadora con flecos, papel pintado, la flamenca y el toro, para darle el aire "retro"), el resultado seria distinto, empate en la ronda de penaltis o algo de eso, que yo de tenis ni idea...

1/23/2008 8:45 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo también sufro de este síndrome, como decía lord Byron : sólo salgo de casa para renovar la necesidad de estar solo. Y… voy acumulando letras. Tantas que de hecho creo que hasta hubo una orden de desalojamiento por quejas de vecinos sinléxicos que decían sufrir frecuentes luxaciones de lengua por mi culpa. Al señor Arruga le habría regalado una “x” ( tengo una estantería de ellas ). A él personalmente le habría quitado la esperanza de un cambio de vida lo cual le habría quitado esperanza de vida. ¿ O no? Cuestión de gustos y disgustos será. A la letra le habría hecho justicia, creo que es una marginada sin razón. De todas formas yo dejo las ramas pero usted no deje por favor de encriptar la vida, es lo que hace que se descomplique hasta limites que complican una explicación viable.

1/24/2008 8:56 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Primera vez que paso por aquí. Leí siete de sus textos de golpe, pero obvio, me terminó por doler la cabeza. Haría más extenso este comentario si no fuese adicto a intentar parecerme a los demás. ¿No tienes otro mono para mí? Y por cierto… ¿Quién me puso estos espejuelos ridículos? Saludos

1/25/2008 6:14 a. m.  
Blogger humo dijo...

He aquí un ejemplo de cómo en cualquier momento las letras pueden dar un giro de 180º a nuestra vida y convertirla en algo único e insustituible.
No tuve el gusto, pero estoy segura de que, si hubiera conocido a Don Arrugo, habríamos hecho unas migas con torreznos estupendas.

1/25/2008 4:16 p. m.  
Blogger Folks dijo...

Suerte que los peces no fuesen asaltacunas

1/25/2008 9:55 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Ha pasado una semana, sigo con Byron y sigo sin comprender el porqué de Bonaparte . Perdone usted que siga y las molestias causadas por mi molesta curiosidad :)

1/30/2008 9:12 a. m.  

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