¡Que se mueran los feos!
El pobre Anatolio nació con la cara caducada. Era un absoluto frotaseco. Pese a sus curiosas deformidades, no pudo evitar que los sabios inventasen una nueva palabra que le definiera. "Frotaseco" cayó en desuso, y la gente comenzó a utilizar "feo" para denominar a semejantes especímenes.
El cinco de febrero, fecha del nacimiento de Anatolio, se consilodó en su honor el "Día del Feo Trabajador". Ese día, todos los feos del planeta salían a la Calle Sin Vergüenza -número diecisiete-, donde se encontraba la cafetería "El Rubor". Hasta su llegada allí, caminaban avergonzados y sin levantar mucho la mirada, por miedo a ser escrutados por la gente bella. Una vez dentro, nadie podía imaginarse lo que pasaba en "El Rubor"; había feos depresivos, feos sumisos y sometidos, feos apáticos y sin vivencias, feos traumáticos, feos traumatizados, feos meticones y hasta feos lectores.
Pero Anatolio no era así; Anatolio era una persona positiva. Prueba de ello eran sus infinitos diplomas, que le acreditaban como ganador de todos los concursos de perdedores a los que se había presentado, y que él lucía con orgullo. Era un perdedor en toda regla, el mejor. Esto era sabido dentro de "El Rubor", y con el tiempo, Anatolio fue elegido y eregido presidente de todos los feos.
Anatolio y su talante supieron poner a los feos en el sitio que les correspondía. Poco a poco vencían sus miedos, y salían a la calle otros días además del cinco de febrero. El planeta se pobló de feos, y la gente bella empezó a ser marginada. Éstos hacían dietas de sobrepeso para coger kilos, y acudían a cirujanos para deformarse como el que más.
Empezó a haber matrimonios feos, que a su vez tuvieron hijos extraordinariamente feos, y como consecuencia de ello Anatolio logró, por fin, que los guapos se extinguieran prácticamente en su totalidad.
Feliz por haber cumplido su objetivo, decidió cumplir un año más y afearse un poco con arrugas nuevas. Trágicamente, este año de más acabó con su vida, pues Anatolio, de feo que era, estaba ya muy prieto y al crecer, su pómulo derecho topó con su nariz, propulsando ésta contra el suelo y haciéndole morir por axfisia, un tipo de asfixia muy rara con algunas consonantes intercambiadas.
Desde entonces, todos los cinco de febrero, se rinde homenaje a Anatolio asesinando a un guapo en la plaza pública.
Abríguense, que falta poco.
Pero Anatolio no era así; Anatolio era una persona positiva. Prueba de ello eran sus infinitos diplomas, que le acreditaban como ganador de todos los concursos de perdedores a los que se había presentado, y que él lucía con orgullo. Era un perdedor en toda regla, el mejor. Esto era sabido dentro de "El Rubor", y con el tiempo, Anatolio fue elegido y eregido presidente de todos los feos.
Anatolio y su talante supieron poner a los feos en el sitio que les correspondía. Poco a poco vencían sus miedos, y salían a la calle otros días además del cinco de febrero. El planeta se pobló de feos, y la gente bella empezó a ser marginada. Éstos hacían dietas de sobrepeso para coger kilos, y acudían a cirujanos para deformarse como el que más.
Empezó a haber matrimonios feos, que a su vez tuvieron hijos extraordinariamente feos, y como consecuencia de ello Anatolio logró, por fin, que los guapos se extinguieran prácticamente en su totalidad.
Feliz por haber cumplido su objetivo, decidió cumplir un año más y afearse un poco con arrugas nuevas. Trágicamente, este año de más acabó con su vida, pues Anatolio, de feo que era, estaba ya muy prieto y al crecer, su pómulo derecho topó con su nariz, propulsando ésta contra el suelo y haciéndole morir por axfisia, un tipo de asfixia muy rara con algunas consonantes intercambiadas.
Desde entonces, todos los cinco de febrero, se rinde homenaje a Anatolio asesinando a un guapo en la plaza pública.
Abríguense, que falta poco.
Lo dijo Gavanido | 11:57 p. m.
10 Comments:
Estimados lectores: les deseo que pasen un buen Día del Feo.
Asímismo, les animo a salir a la calle a manifestar sus asimetrías y escandalizar a la gente bella con sus pústulas.
Que rabien de envidia.
Feliz asesinato.
Gavanido.
Creo que ha llegado hora de redefinir la palabra "guapo", Don Gavanido.
(Por cierto: hoy me lo pienso pasar de rechupete).
He leido antentamente y con rubor este feo relato y siento la necesidad, lo siento en el alma, de comunicarle que un servidor también nacio el 5 de febrero, como además de fontanero, soy un poco fortaseco, asombrado por tan feas coincidencias, no se si afearme o enfadarme con el homenaje a Anatolio.
¡Que se mueran todos los feos!!, todos menos yo, que tengo que asisistir a un funeral.
Menos mal que he sobrevivido un año más... Aunque ya me quedan pocos. ¿No les parece una pena, señores feos, que se especie una extinga?
Un saludo de una especiada (al curry) en peligro de asesinato
Y finalmente, una duda: ¿Santa Águeda era fea y trabajadora? Porque como también es su día...
Asi que hoy es mi dia?? por que mas feo y mas trabajador que yo...bueno, mas trabajador cualquiera, asi que hoy es mi mediodia!!! Pues mediasfelicidades de mi parte
Estoy desconcertada...¿ Qué hay de la belleza interior? Porque al igual que existen feos bellos por dentro los habrá que son muy bellos solamente por fuera...¿ Significa esto que todos estarían a salvo o que todos deberiamos abrigarnos? Y el trabajador que trabaje sin ganas o el que no lo haga a pesar de sus ganas de hacerlo ¿ les corresponde el 2 de febrero? Y ya que estamos ¿ qué hay del 30 de febrero? Y...si el todopoderoso sabe de todo, es decir también tiene conocimintos financieros, ¿por qué no desgrava los años? Y...fumar es de perdedores porque pierden el tiempo fumando ¿o porque fumando pierden tiempo? Ains... tanta duda existencialista y tan pocas yogurteras.
Dejo las ramas xd
Esto me resuelve muchas dudas existenciales.
Ya se qué pasa si se le pega fuego a un payaso numantino, que sin tino ni recato, hace que los niños anden mientras arde, fumándo un organillo mientras se deléitca con la música del pitillo. Que no es si no, un árbitro pequeñillo, claro.
La belleza está en el alma. Esto sólo puedo puedo comentarlo aquí, porque si lo digo por ahí, seguro que me dicen: claro, tú qué vas a pensar.
Tendré que ir (el año próximo) a la cafetería El Rubor.
Pasó el 5 de febrero y estoy viva, no podía ser de otra manera...
Saludos.
Me gusta su estilo. Se lo compro.
Claro, como sabe que mi amor por usted es inmune a los avatares de la existencia material...
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