Viaje infinito
Cacerolo era, hasta el día de ayer, un licenciado en Misoginia por la Universidad Imaginaria de Corcos del Valle (UICV). Además de misógino, Cacerolo era coleccionista de verrugas en sus ratos libres, llegando a tener hasta doscientos treinta y cuatro millones de verrugas en su rato libre derecho, algunas incluso con nombre de pila. Su favorita era Panasonic, aunque no despreciaba a las marcas blancas. No como usted, ¡Bruja consumista! Pero siga leyendo. En un viaje rutinario de su ajetreada vida, Cacerolo y sus verrugas divisaron una ridícula estrella que iba por delante de ellos durante todo el camino. Pisó a fondo el acelerador y, como los segundos en la vida de Cacerolo pasaban más rápido de lo normal, logró cogerla. La sentó en el asiento del copiloto y puso música circense para amenizar el encuentro. Pronto, vio cómo sus años de carrera no habían servido de mucho y que en realidad había estudiado para ser un auténtico Ignorante (marca registrada, no acepte imitaciones).
La relación entre Cacerolo y su estrella creció, como su vecina tras cenar. Juntos, decidieron hacer su viaje infinito, y así continuaron durante años, queriéndose como sólo los entes de la Constelación 45-B, 4º, 8 saben hacerlo, es decir, juntando sus gónadas en un terrario los domingos. A tan sólo tres kilómetros de infinito, su abnegada estrella le susurró al oído: "Cacerolo, no cambies nunca", y efectivamente, Cacerolo no cambió y se estrelló contra un muro en tercera, perdiendo un colirio, dos ágapes y la vida en el mismo momento.
Estrella voló de nuevo lejos a su cielo, y allí vive apenada por tan patética pérdida, mientras que la Universidad Imaginaria de Corcos del Valle (UICV) eliminó la carrera de licenciado en Misoginia por dañar ésta el firmamento.
La relación entre Cacerolo y su estrella creció, como su vecina tras cenar. Juntos, decidieron hacer su viaje infinito, y así continuaron durante años, queriéndose como sólo los entes de la Constelación 45-B, 4º, 8 saben hacerlo, es decir, juntando sus gónadas en un terrario los domingos. A tan sólo tres kilómetros de infinito, su abnegada estrella le susurró al oído: "Cacerolo, no cambies nunca", y efectivamente, Cacerolo no cambió y se estrelló contra un muro en tercera, perdiendo un colirio, dos ágapes y la vida en el mismo momento.
Estrella voló de nuevo lejos a su cielo, y allí vive apenada por tan patética pérdida, mientras que la Universidad Imaginaria de Corcos del Valle (UICV) eliminó la carrera de licenciado en Misoginia por dañar ésta el firmamento.
9 Comments:
Y, ahora, una de ciencia ficción, porque no me dirá usted, Don Gavanido, que yo soy una bruja consumista.
Todo lo demás, muy convincente.
Queda claro que las estrellas del rock nunca mueren en accidentes de trafico y que los que no son misoginos si. Vaya mierda de planeta en que vivimos.
¿Cómo una estrella se pudo fiar de semejante personaje?.
Cacerolo y sus verrugas siempre fueron un peligro público, unos locos homicidas del volante, que sufrieron las consecuencias de un modo de proceder indigno de un licenciado en Misoginia.
Precisamente por ello se deben juntar dos interesados en intereses comunes para un viaje: si la Estrella hubiera sido al igual que nuestro ilustre coleccionista de verrugas una licenciada habría estado al tanto del cuidado que se ha de tener a la hora de formular un deseo… Por si acaso y por ella misma. Y dentro de lo que cabe fue un buen final : imagínese a Cacerolo habiendo llegado a alcanzar la Ignorancia y a la Estrella habiéndose dado cuenta de ello…el viaje sin fin habría acabado con una desagradable separación de verrugas . Punto sin cruz ¿ qué fue de Panasonic?
Definitivamente tengo que dejar las ramas....
Humo:
Se cree usted el centro de mis historias. Bien. Por ser usted tan egocéntrica, se la dedico.
Todo lo demás, muy conveniente, pues le convenía a Estrella que sucediera así, ya que la pensión de viudedad que cobró fue tan desorbitada que, sin darse cuenta, salió de su órbita y terminó en un planeta de cartón, donde conoció a un satélite de los de verdad: el Meteosat.
Anónimo I:
Veo su planeta y subo algunos comentarios anónimos que recibo.
Fonta:
Cacerolo quiso estudiar en realidad Misantropía, pero se quedó a medias. El sueño de cacerolo era ser tan Misántropo que pudiera exclamar dado el caso: "Dios mío, ¡Está muerto!" con un deje de esatisfacción en vez de solemne gravedad.
Anónimo II:
No se por qué ramas andará usted, pero a juzgar por sus palabras, le recomiendo que salga de la zarza y deje ya de masticar piedras, ¡Hombre de Dios!
Contestaré a su pregunta: Panasonic fundó una compañía que se dedica a empilar conejos y hacerlos correr, o quizá fue su hermano.
Anónimo III:
A mí no me gusta usted, ni su actitud, ni mi carácter. Le diré algo que sí me gusta: su cónyuge. Está rico con mostaza.
Con esta inusual nota de humor me despido.
Gavanido.
Señor Gavanido:
Ya son varios meses los que de forma inconstante pero recurrente leo sus delirios en forma de... historias?. En fin, me fascina usted, ¿nunca ha pensado que sus insólitos enredos de palabras con triples sentidos (o más, o quizás sin sentido alguno) no sólo pueden ser leidas si no también dichas?. Pienso que podría ser algo nuevo y genial. Por favor, piense en ello.
Saludos.
Helena
Conozco un montón de licenciados en la UICV.
Yo sé de un dermatólogo que, si Cacerolo tiene alguna berruga repetida, se la quita en un tris; pero claro, si ya se ha muerto, seguro que no quiere quitárselas.
Qué rollito la dichosa verificación, otra vez.
Fascinantes historias. Incluso fascinantes histerias.
Y digo yo que no sé por qué tuvo que desaparecer Gavanido en Groenlandia un día cualquiera de Agosto. espero que no pase mucho frío. HASTA SIEMPRE!!!!
Publicar un comentario
<< Home