Vida y vía del Buen Petronio (Parte II)
En su 65 cumpleaños, al soplar las velas de su tarta, Petronio se encasquilló, quedándose el resto de sus días soplando sin parar y sin dejar de hacerlo ni un instante.
Los cientificos del país vieron en esto una mina, y lo emplearon para testar alcoholímetros los días de cada día y para extraerle el carbón los fines de semana, de siete a cinco. Tras perderse en una de sus propias galerías, se perdió también en lontananza, y desde allí escribe a sus queridos. En la última carta que recibí de él, no deja de alabar, entre silbidos, la comida de Lontananza, exquisita y muy sabrosa por su sabor, entre otras cosas.
Los cientificos del país vieron en esto una mina, y lo emplearon para testar alcoholímetros los días de cada día y para extraerle el carbón los fines de semana, de siete a cinco. Tras perderse en una de sus propias galerías, se perdió también en lontananza, y desde allí escribe a sus queridos. En la última carta que recibí de él, no deja de alabar, entre silbidos, la comida de Lontananza, exquisita y muy sabrosa por su sabor, entre otras cosas.
7 Comments:
Deduzco que usted estaba entre sus mejores amigos, dado que le escribe.
Hay días que también a mí me gustaría perderme en lontananza, pero sucede que no sé por dónde queda ¿Sería usted tan amable de preguntarle a Petronio el camino?
Agradecida de antemano (He tenido la tentación de poner "antepié", pero ya ve que me controlo)
Yo tampoco sé donde se encuentra lontananza, me suena por el norte de Africa y me parece una barbaridad alabar su comida, tanto como comerla sin parar de soplar.
Con mi señora no se meta, creo que yo la saludo cada día.
Estimada Benjuí:
Ya le muestro yo el camino, siempre y cuando usted me muestre a cambio lo que más le plazca -es decir: lo que le de más placer-. Para empezar le diré que Lontananza queda cerca. Para terminar, le diré que ya hemos llegado.
Yo no me controlo, soy un espíritu alocado, como puede usted observar. Mis desmelenos son populares por toda la blogosfera, de ahí que esté tan calvo como yo mismo.
Amigo Fonta:
Como supondrá, comer cuscús de Lontananza entre soplidos, además de una sanísima dieta, es un gran dilema, pues quedan los comensales de enfrente hechos un desastre. Con lo cual, y gracias a tan sesudas deducciones, podríamos decir que Lontananza no está en el norte de África, ¿No le parece?.
Yo con su señora no me meto, sólo le aconsejo que se ponga nombre. Ya ha podido comprobar cómo me las gasto con los anónimos. ¡No ha quedado ni uno! ¡Menudo soy yo, con mi genio!
Cuando me enfado, le digo: ¡Genio, coge a ese anónimo y sácamelo del blog!
Ya ve, otros piden tres deseos y yo sólo pido incongruencias.
Seguramente el buen Petronio se quedo en Lontananza, porque no solo había buena comida, sino que además se compartía con el resto de comensales soplandola sobre ellos y dada su habilidad lo nombrarían hijo adoptivo de la susodicha localidad y/o/u región.
¿Petronio? Nada que ver con aceites de piedra el Petróleo (S.L.), ya que tiene de patronímico patrón, a pesar de la E que llama a eh! ngaño. Digo yo, pero soy un hijnorante y no lo til.
Si no les molesto a Ud y a Benjuí, me gustaría un poco acompañarles a lontananza,...por conocer las costumbres de alli y esas cosas...ya me entiende.
por cierto, ¿sabe quien soy?, efectivamente, sigo siendo anonimo, de momento no me anonimo a cambiarme el nombre, o mas bien a ponermelo, no vaya a ser que escoja mal y me ponga uno que me deje traumatica perdida de por vida.
ya ve yo soy asi
Pues la comida de lontananza se le quedará siempre fria, de soplar digo.
Un saludo señor gavanido que hacía mucho que no me pasaba por aquí... es que tengo poco tiempo.
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