La lenta emergencia de Tocario
Tocario por fin llegó a Urgencias el diecisiete de febrero del año mil novecientos setenta y seis. No fue una ruta muy larga (apenas tres kilómetros), pero duró veintidós años. Y es que Tocario era muy lento. Debido a su lentitud, Tocario pesaba tan sólo cuarenta y cinco kilos, ya que los alimentos le caducaban antes de llegar al estómago y tenía que devolverlos por la indigestión, pero para cuando los intentaba devolver, ya habían pasado los dos años de garantía y no se los aceptaban.
Aquel fatídico día de octubre de mil novecientos cuarenta y uno, Tocario se hallaba paseando por un descampado cuando, de repente, fue sorprendido por el lento e imperceptible nacimiento de un bosque. Éste tardó trece años en poblarse de árboles y vegetación, un tiempo demasiado corto para que Tocario reaccionase, y que tuvo como dramática consecuencia la inserción de una rama en el ojo de nuestro protagonista. Tocario se quejó muy despacio en diciembre, y gesticuló alarmado en marzo del cuarenta y dos. Gimoteó lastimeramente en agosto del cuarenta y tres, y corrió a su manera a buscar asistencia médica en noviembre del cuarenta y cinco, cuando aún no la había en su ciudad, esperando encontrarla al llegar. En la peregrinación hasta Urgencias durante veintidós lentos años, Tocario se hizo viejo, e incluso se hizo mayor. La rama que llevaba ensartada en su ojo envejeció a la par y, como consecuencia, le crecieron aún más ramas, donde casualmente anidaron varias especies de aves entre las cuales se encontraba la cigüeña.
A su llegada al hospital, Tocario entró en urgencias, triunfal, con su rama en su ojo, y su cigüeña en su rama.
La enfermera Gertrudis, al ver semejante composición andante con cigüeña por delante, acogió a Tocario como si de su primer bebé se tratase, y éste, a sus setenta y seis años, hoy le mama los pechos sumamente agradecido.
Aquel fatídico día de octubre de mil novecientos cuarenta y uno, Tocario se hallaba paseando por un descampado cuando, de repente, fue sorprendido por el lento e imperceptible nacimiento de un bosque. Éste tardó trece años en poblarse de árboles y vegetación, un tiempo demasiado corto para que Tocario reaccionase, y que tuvo como dramática consecuencia la inserción de una rama en el ojo de nuestro protagonista. Tocario se quejó muy despacio en diciembre, y gesticuló alarmado en marzo del cuarenta y dos. Gimoteó lastimeramente en agosto del cuarenta y tres, y corrió a su manera a buscar asistencia médica en noviembre del cuarenta y cinco, cuando aún no la había en su ciudad, esperando encontrarla al llegar. En la peregrinación hasta Urgencias durante veintidós lentos años, Tocario se hizo viejo, e incluso se hizo mayor. La rama que llevaba ensartada en su ojo envejeció a la par y, como consecuencia, le crecieron aún más ramas, donde casualmente anidaron varias especies de aves entre las cuales se encontraba la cigüeña.
A su llegada al hospital, Tocario entró en urgencias, triunfal, con su rama en su ojo, y su cigüeña en su rama.
La enfermera Gertrudis, al ver semejante composición andante con cigüeña por delante, acogió a Tocario como si de su primer bebé se tratase, y éste, a sus setenta y seis años, hoy le mama los pechos sumamente agradecido.
19 Comments:
¿Ves? no hay mal que por bien no venga (ya que mal que cien años dure en el caso de Tocario podría hacerse realidad), pues él a sus setenta y seis años ha encontrado el amor en los senos de la enfermera Gertrudis, lento, lento.. pero certero.
Por cierto, no quiero ni imaginar como dejará a la pobre Gertrudis, pues imagino que su mamar también será lento, no sé, sólo imaginaba.
Un beso Sr. Gavanido.
vaya un hombre con suerte, una enfermerita... yo que lo mas que e conseguido en urgencias es un cabreo, bueno no se puede quejar, incluso disfrutaba de una hermosa vista con pajarillos y todo, lo malo es que si en su casa hay solo un servicio debe debe ser desesperante aguantarte durante dos años asta que este simpatico señor salga, pero algo malo tenia que tener ser tan lento...
Estimado Gavánido, pese a no haber recibido mi mensualidad, y achacándolo, claro está, a su desaforada ingesta de cava, me dispongo a hacerle participe de mi preocupación por la situación de la cigüeña en rama. Mientras Tocario mama agradecido, el animalito, ¿observa abochornado? ¿las cigüeñas ponen huevos...?
Me despido felicitándole por su relato, su dibujo y por su saber estar.
PD: Obviamente esto supondrá un coste adiccional...
Un "le alcanzo".
Fantástico.jejej como todos.
qué entrañable escena final: no puedo evitar que asome en mis ojos una lagrimilla...
jajajaja, otro genial derroche de imaginativa e hilarante locura proyectada directamente desde el cerebro de Gavanido. Un saludo también para a ese peazo bibujante.
Pues no es mala forma de morir mamando de los pechos de una atractiva enfermera.
je, Tocario es el mejor nombre del que he sabido en mi vida entera, y mira que ya no me cuezo al primer hervor.....
Tocario acarició mi alma....
Afamada Sinmás:
Como bien dice, Tocario encontró al amor entre los pechos de la buena Gertrudis, pero no le gustó, lo volvió a guardar y siguió mamando. Tocario es tan mamón como cualquiera.
Miguel Ángel:
Le deseo que nunca vaya suelto y esté Tocario en su baño. Hay quien no lo ha contado, pues el fluir de un trócolo de Tocario dura siete años, desde que asoma la punta hasta que alcanza el suelo de la taza.
Estimada -ya que le gustan las esdrújulas- Vítrina:
Las cigüeñas, al igual que la canela, se pueden encontrar en rama -como en este caso-, sueltas, o en una pequeña agrupación a la que llamamos cigüeñal. Estas aves no ponen huevos. Todo el mundo sabe que ponen niños envueltos, y son mamíferas. Y que usted, al igual que yo, es una cría de cigüeña, y francesa.
Mi saber estar no es nada comparado con mi saber parecer. Obviamente, recibirá un impago adicional.
Elangeldelasmilvioletas:
Su comentario me hace pensar que no ha leído todos los textos de Gavanido. Exponga qué frases le han gustado más del texto de Tocario, y de "El fatídico día del picor de ojo". Razónelas, y responda: ¿Tenía Tocario metas en la vida? ¿Por qué llegó afeitado al hospital?
Imbelecio:
Para entrañable historia, la suya. Dígale a lagrimilla que haga una foto desde semejante altura, y se vuelva para dentro que cogerá un catarro.
Crujiente chasky:
Hace una semana que Gavanido no mata a nadie. ¿Qué le hace pensar que Tocario muere? En todo caso, lo que usted propone, es una manera de vivir de la que muchos gustan. Me incluyo, pues siempre me gustó eso de amar con eme.
Noemi:
Si no se cuece al primer hervor, deduzco que hay que ponerla a remojo. Me alegro de que no sea un precongelado. ¿Cómo se siente hoy? ¿Más bien garbanzo, o más bien lenteja?
Lineasdesordenadas:
Ya que le ha parecido bonito el texto, le animo a que, además, lo lea. Aunque quizá tenga razón; leído pierde bastante, es un texto que está mejor "mirado". Por cierto, si cree que me parezco a su abuelo, espere a que me quite el gorro, verá que el parecido es asombrosamente nulo.
Querido Sr. Gavanido, por favor engáñeme dejándome creer que el amor entre ellos surgió y aún les enternece. Aunque no me costaría nada ser sabedora de su mamonería y mucho menos en el de cualquiera.
Nada que me está abandonando el espíritu de la navidad, creo.
Pues eso.
Hace una semana que Gavanido no mata a nadie.
Ay, qué disgusto, señor Gavanido, sospechaba que era usted el que los mataba a todos, pero no quería creerlo! :'-(
Felicidades al ilustre ilustrador.
Sueño con que alguien que no sea un mamón, me mame los pechos agradecido. Tal vez lo haga por el codo?
Se habrá dado usted cuenta de que Tocario nos ha caido bien a todas las señoras. ¿Tendrá ello que ver con su lentitud, ya que nuestra queja principal suele ser que los señores tienen por costumbre - salvo honrosas excepciones, como ésta - el ir demasiado rápido?
Un beso
Solo un hombre como él podria no perder la paciencia en el servicio de urgencia
Vaya, sólo al leer el último párrafo he entendido porqué se llamaba tocario.
Flexos convexos y hamacas cocotero.
A mi lo que realmente me produce una gran dicha es que el bueno (porque siendo tan lento, supongo que no le daría tiempo a tener malas ideas) de Tocario por fin pudiese alimentarse en condiciones, porque esa perenne caducidad de los alimentos le venía fatal...
Y de lo que nadie ha dicho nada tampoco es del gran beneficio que produce Tocario al conjunto de la población: mientras tenga ramas y aves en sí mismo, éstas no serán eliminadas en pro de una estupenda zona gris hormigonada... ¡Cuídate mucho, Tocario! ( Y Gertrudis también, por supuesto y por el nuestro)
Saldando una pequeña deuda gavanideña, mis más cordiales balanceos mecedoriles.
me ha recordado mucho una historia que contaba mi abuela sobre un chico que era como el tonto del pueblo y le dio por hacer recados, las señoras de las casas le mandaban cosas, saludos, comida, botones, lo que fuera, a otras señoras de sus casas con el chico este, que tardaba tanto que a veces ni aparecía..... lo hacian para que estuviera ëntretenido¨ y se sintiera util y él aprovechaba para guarderse cosas y comerse comidas ricas jaja
ya me quedare por aqui husmeando, me ha gustado llegar aqui.. saludos!
No he entendido lo del nombre del protagonista. Quizá Mamario hubiese sido más apropiado a no ser que al verse rodeado de la opulencia que le brindaba la enfermera hubiese sustituido su instinto (tardío) de saciar el hambre por otro de diferente índole.
Un saludo y gavanido año nuevo.
Célebre Sinmás:
No suelo engañar a nadie, pero si usted me lo pide de tal forma le diré que, Don Tocario vive enamorado del pecho derecho de Gertrudis, y abrazado a él, duerme noche tras noche pensando en cupido y en su espíritu de la navidad.
Asesina Mónica:
No engaña a nadie, está claro que su obsesión con las muertes, no es más que una tapadera para hacernos creer a todos que en realidad no es usted la asesina que es. Le recomiendo que use la tapadera para el cubo de la basura y se deje de tonterías. De momento ya he puesto un guardaespaldas a mi ilustre ilustrador, y tomaré más medidas. 1,30 cm.
Anita:
1,65m. Su comentario me deja sorprendido, pero mi instinto me hace recomendarle que se ponga en contacto con coco. Creo que no tiene nada de mamón, y estaría posiblemente interesado en su sueño.
Eulalia:
Acláreme que beneficios tiene la lentitud de Tocario, y gustosamente adaptaré mi vida para complacerla. 1,67m.
Vaderetrocordero:
Efectivamente Vaderetrocordero, y también de disfrutar del tiempo Geológico viéndolo pasar como si fuera una película en super ocho.
Coco:
Tocario era un nombre que no le gustaba mucho, en realidad prefería que le llamasen por su nombre de pila: Tudor. 1,72m.
Peca:
Siempre fue consciente de su mamonería, al igual que siempre supo el numero del primer premio en la lotería del niño: 13756
Noedroca:
La leche materna no le caducó nunca, ya que Gertrudis jamas la tuvo. Tocario adelgazo hasta limites insospechados, hasta que un jueves vulgar, se elevo y se encontró con Drosofila en la ionosfera. Allí, es infiel a Gertru, con mucho temple y lentitud. Pero eso es otra historia...
Laonza:
Me han entrado unas tremendas ganas de chocolate al leer su nombre, y al ver su verde blog, he bajado a por 250 gr. de pistacho Iraní. Lo juro. Vaya combinación mas perfecta, eternamente agradecido, espero verla a menudo. 1,71m.
Tanhäuser:
Eso es porque usted está acostumbrado al claro significado del suyo, pero si husmea por ahí, entenderá perfectamente el por qué de semejante nombre.
Por hoy ya no tomo más medidas, un cazo repleto de tornillos roscachapas a todos, sobre todo a ti.
Enhorabuena por el relato en ese universo tan particular como hilarante y por la cómplice compañía. Cuénteme desde ahora entre sus lectores menos disciplinados pero entusiastas.
Saludo cordial y feliz anno reciente.
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