martes, mayo 20, 2008

¡¡¡Juegue con Gavanido y gane un fabuloso!!!

Debido al pronto aniversario de este humilde y soberbio blog, quiero premiarles con el famoso concurso:

¿Se acuerdan de Gavanido a todas horas?

Primera entrega.

1-¿Sabría decirme en cuántas ocasiones he hablado del famoso Traposaurio?

2-¿Qué cosa relacionada con el pie ilustraba la historia de un personaje cuyo nombre empezaba por Susmuertos y terminaba por Capaz?

3-¿Con quién acabó casándose Nolasco? ¿Y Velasco? ¿Y Delasco? ¿Y usted?

4-¿Cuántos lujosos coches tuvo Placenta? Nombres.

5-Si usted, tras mucho buscarse, se encontrase en Madrid, ¿en qué dirección le quedaría el pueblo de Coplasti?

6-¿En qué famoso paseo se le puso rojo un semáforo a Lósimo Armendáriz?

7-¿Cuál era el cariñoso apodo de Tortita Peláez?

8-¿Con qué objetos decoró Claustrofo las paredes de su salón?

9-¿Qué leñador goza de la uña más gorda, larga, fuerte y robusta de la historia conocida?

10-¿Qué taponó fatalmente una arteria de Krostoporpov?

10½-Viendo este post, ¿en qué novela cree que me he

¡Responda a las diez preguntas y media en los comentarios, procurando no copiarse del compañero!
¡Suerte a todos menos a usted!

miércoles, mayo 14, 2008

¡La barba sin cabeza! ¡Ahora con exclamaciones!

¡Hasta el día de su treinta y cinco cumpleaños, la vida de Gapito había sido muy estándar! ¡¡Pero si hubiera que mentar una peculiaridad que diferenciara a Gapito del resto de las personas, sería el hecho de que jamás se había afeitado la barba ni había pensado en ello!! ¡Por este motivo, aún conservaba su primera barba -o barba de leche-, que le llegaba por el lavabo, mientras que su barba de hoy la tenía debajo del labio! ¡La barba de leche de sus tiernos quince años siempre quiso conocer a la barba de hoy! ¡¡¡Así, un día Gapito presentó a ambos extremos de su barba, logrando un fascinante salto espacio-temporal que no trascendió demasiado y que vamos a olvidar de inmediato!!!
¡Entre su más tierna barba, conserbarba también su primera baba, procurando que no se deshidratara con la ayuda de esputos aleatorios y orín -no se alarme, se trata de un oro pequeñito que sólo Gapito sabía encontrar buscando a fondo debajo del sofá, entre pelos de su barba y porquería-, haciendo que su barba ganara el valor de unos cuantos kilates!
¡¡Pero aquella noche en la que decidió podarse la cara y comprobar si todavía estaba allí detrás del frondoso pelaje, Gapito descubrió maravillado que no era así!! ¡¡Al terminar la poda obtuvo como resultado la desaparición total de su rostro y cabeza, pero no de su alegría!! ¡¡¡La felicidad de Gapito aún se hacía notar en cada uno de sus gestos!!! ¡Feliz pero ciego, se acucharó en un rincón esperando a su mujer, pues Gapito solía estar casado los años bisiestos! ¡Tres años más tarde, apareció por la puerta su bella esposa y vio a su imberbe inverbe marido postrado en el suelo! ¡Y digo inverbe porque Gapito dejó de usar verbos, hilvanando sus frases con pronombres y sustantivos! ¡Y digo imberbe porque al carecer de rostro también carecía de vello bello! ¡Y digo vello porque..!
¡Desde aquí -el aseo- pido disculpas por el textus interruptus!
¡¡¡¡Su mujer, emocionada, corrió a besarlo con la mala suerte de que, al no topar con cara alguna, se precipitó al vacío y Gapito sin entender nada fue acusado de asesinato en primer grado y tercer piso!!!!
¡¡Por estos terribles sucesos, a Gapito le condecoraron a morir en la horca y más tarde guillotinado, pero tras el fallo del jurado y el fallo y fracaso de dichas penas, hubo una importante reyerta entre la Iglesia, quien atribuyó esto a un milagro, y la Marvel, quien lo atribuyó a superpoderes!!
¡¡Iglesia y cómic se enfrentan desde entonces en los tribunales, con pleitos de patatas y juicios de muelas en una lucha encarnizada por los milagros de Gapito!!
¡Gapito, mientras, ausente de todos estos problemas, a pesar de continuar sin cabeza goza aún de muy buen juicio! ¡Final! ¡Amén!

miércoles, mayo 07, 2008

La barba sin cabeza

Hasta el día de su treinta y cinco cumpleaños, la vida de Gapito había sido muy estándar. Pero si hubiera que mentar una peculiaridad que diferenciara a Gapito del resto de las personas, sería el hecho de que jamás se había afeitado la barba ni había pensado en ello. Por este motivo, aún conservaba su primera barba -o barba de leche-, que le llegaba por el lavabo, mientras que su barba de hoy la tenía debajo del labio. La barba de leche de sus tiernos quince años siempre quiso conocer a la barba de hoy. Así, un día Gapito presentó a ambos extremos de su barba, logrando un fascinante salto espacio-temporal que no trascendió demasiado y que vamos a olvidar de inmediato.
Entre su más tierna barba, conserbarba también su primera baba, procurando que no se deshidratara con la ayuda de esputos aleatorios y orín -no se alarme, se trata de un oro pequeñito que sólo Gapito sabía encontrar buscando a fondo debajo del sofá, entre pelos de su barba y porquería-, haciendo que su barba ganara el valor de unos cuantos kilates.
Pero aquella noche en la que decidió podarse la cara y comprobar si todavía estaba allí detrás del frondoso pelaje, Gapito descubrió maravillado que no era así. Al terminar la poda obtuvo como resultado la desaparición total de su rostro y cabeza, pero no de su alegría. La felicidad de Gapito aún se hacía notar en cada uno de sus gestos. Feliz pero ciego, se acucharó en un rincón esperando a su mujer, pues Gapito solía estar casado los años bisiestos. Tres años más tarde, apareció por la puerta su bella esposa y vio a su imberbe inverbe marido postrado en el suelo. Y digo inverbe porque Gapito dejó de usar verbos, hilvanando sus frases con pronombres y sustantivos. Y digo imberbe porque al carecer de rostro también carecía de vello bello. Y digo vello porque...
Desde aquí -el aseo- pido disculpas por el textus interruptus.
Su mujer, emocionada, corrió a besarlo con la mala suerte de que, al no topar con cara alguna, se precipitó al vacío y Gapito sin entender nada fue acusado de asesinato en primer grado y tercer piso.
Por estos terribles sucesos, a Gapito le condecoraron a morir en la horca y más tarde guillotinado, pero tras el fallo del jurado y el fallo y fracaso de dichas penas, hubo una importante reyerta entre la Iglesia, quien atribuyó esto a un milagro, y la Marvel, quien lo atribuyó a superpoderes.
Iglesia y cómic se enfrentan desde entonces en los tribunales, con pleitos de patatas y juicios de muelas en una lucha encarnizada por los milagros de Gapito.
Gapito, mientras, ausente de todos estos problemas, a pesar de continuar sin cabeza goza aún de muy buen juicio. Final. Amén.